Con el transcurrir del tiempo el ser humano tiende a olvidar. Un proceso que es inevitable si aceptamos la afirmación de Heráclito de efeso quien sostiene "que lo único constante es el cambio". Esta gran verdad la comprobamos, de manera individual o colectivamente, cuando a lo largo de nuestra vida vamos desechando aquello que nos va dejando de ser funcional.
El proceso de cambio continuo nos lleva a evolucionar tanto en nuestra realidad como en nuestra percepción de la misma, lo cual es bueno, ya que ello significa que estamos explotando al máximo nuestro potencial de inteligencia. Visto de esta forma, olvidar es inevitable, sin embargo, ¿Qué podemos hacer para establecer algo que nos identifique y que nos haga aparecer en los eslabones infinitos de la existencia, sin ser absorbidos en esa inmensidad espacial y temporal?
Desde lo tiempos antiguos la humanidad ha solucionado este riesgo estableciendo una identidad. Para hacerlo, comúnmente los pueblos o los individuos han acudido a su historia y con ella la han fundamentado.
La historia se compone de hechos pasados, acontecimientos presentes o de mitos y leyendas que han sido trasmitidos verbalmente por las generaciones, los cuales enlazados correctamente, construyen un futuro al unir eslabones de conocimiento en las distintas generaciones, proporcionando una perspectiva de ubicación temporal como espacialmente.
Todos, en algún momento de nuestra vida nos hemos hecho estas dos preguntas ¿Qué somos? ¿Quiénes somos? La respuesta la podemos encontrar buscando en nuestra identidad, aquella que nuestros antepasados hayan establecido para diferenciarse o construir una propia fundamentándonos en nuestro pasado y presente.
Hueyapan, pueblo de origen nahua localizado en la sierra nororiental del estado de Puebla, es una clara muestra de como se construye la identidad de un pueblo. En los 125 años que llevamos reconocidos como municipio hemos construido nuestro propio icono representativo de nuestra identidad. Este es, el Chal Bordado, una prenda artesanal que relata la cosmovisión de nuestro pueblo. Gracias a él, hemos construido el sobrenombre que sentimos nos representa a todos los Hueyapanenses como la "Joya de la sierra y Cuna del chal bordado".
Entonces ¿Qué relata nuestro Chal Bordado? soy un hombre con escasos treinta y nueve años. Mi nacimiento se remonta a las montañas en este municipio. He tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir. Con estas dos valiosas herramientas describo a continuación, lo que a mi perspectiva muy personal, hemos construido alrededor del Chal bordado como pueblo Hueyapanense.
Bordado en punto de cruz o punto antiguo, el Chal bordado representa lo que somos y los que creemos, en él relatamos nuestra cosmovisión así como nuestra relacion con el medio en el que vivimos. De él han derivado lo que vestimos en nuestras ropas, tanto para los hombres como para las mujeres en prendas de vestir como cotones, tojmikotones, blusas de labores, huipiles, fajas, rebozos o jorongos, todos ellos, elaborados a mano con materiales de nuestra flora y fauna, coloreados con tintes naturales y finamente amarrados en un telar de cintura.
El chal bordando relata que somos hijos e hijas de una raza humana que ha ocupado esta porción de tierra por milenios. Nuestros padres estaban antes de la llegada de una lengua de España, de una iglesia romana, inclusive antes del neoliberalismo económico que se fundamenta en la ilusión de un desarrollo que se consume así mismo.
El chal bordado relata que somos hombres y mujeres hechos de la tierra, en una maravillosa fusión, con una pizca infinita de inteligencia que nos ha llevado a esta comprensión, además de un cumulo de conocimiento e información a la cual todos tenemos acceso. Conocemos el amor, la caridad, la bondad y la misericordia pero también su contraparte, sin embargo decidimos regir nuestra vida bajo los primeros.
El chal bordado relata que somos lo que decimos a través de nuestra Lengua Nahuatl en su propia variante, lengua que se puede escuchar en cada rincón de nuestras hermosas montañas, desde la platica experimentada de un adulto mayor, el saludo cordial de las personas que se cruzan en las veredas o caminos, hasta el balbuceo de un pequeño que esta empezando a comunicarse.
El chal bordado relata que somos lo que escuchamos con nuestra música representado por el trio tradicional que toca al son de El Chal azteca de Hueyapan, el okixpilillo o la Hueyapaneca.
El chal bordado relata que somos lo que comemos en nuestras reuniones familiares aderezados con mole picoso, yolixpa, yolatol o xocoatol, y dulces de chilacayote, bailando al son del xochipitsawatl para rendir honor a los cuatro puntos cardinales de nuestro universo, sellando con ello, la fraternidad que debe existir entre los hombres, entendiéndonos como hermanos bajo el principio del respeto y la dignidad mutua.
El chal bordado relata que somos el pico del águila, la montaña que ha vigilado nuestro valle, el que nos recuerda cada día que, en nuestro caminar sobre este lugar debemos dejar huellas que no consuman nuestra riqueza natural, enseñándonos que hoy somos nosotros quienes podemos comer de su fruto, sin embargo, en el tiempo pasado nuestros padres la labraron y sembraron. Esto nos compromete a comprender que nosotros estamos sujetos a ella y que debemos protegerla porque en el futuro nuestra posteridad caminara sobre el.
Cada prenda que elaboramos lleva su propio mensaje, porque debemos recalcar que ninguna se repite. Cada Chal bordado que sale al mundo lleva consigo los sentimientos, los pensamientos y los sueños de las manos que la trabajaron, un invaluable valor intangible que no se puede expresar cuantitativamente.